El problema en el mercado peruano para la minería no está en el entorno macro, sino en el micro, es decir, que son los factores internos los que impiden su buen desarrollo, tan necesario en un contexto de vicisitudes económicas a nivel global.
Así definió el ex ministro de Economía Alonso Segura el escenario en que se desarrolla la actividad minera peruana, apuntando que la conflictividad social, el manejo de expectativas, la regulación y la adecuación de normas son los puntos por resolver en la actualidad para encaminarla.
Durante su participación en la reciente Perumin, Segura pidió a los representantes de la minería que impulsen el cierre de brechas económicas y sociales con un método de prueba y error, que consiste en desarrollar programas e ir viendo cuáles funcionan. Este esfuerzo, complementó, debe ir acompañado por el Estado, ya que sector público y privado deben comprender que “se encuentran en el mismo bote”.
En esa línea, un aspecto clave a destrabar es la incapacidad de los gobiernos regionales o locales de gastar los fondos, ya sea por incapacidad u otros factores. Esto ayudaría a que el Estado llegue a las comunidades a través de servicios públicos antes que la mina, y puede ayudar a crear la corriente de opinión de que la operación transformará la sociedad para bien.
“No se trata de hacer una cancha con pasto artificial, sino de que las comunidades tengan agua, saneamiento, posta médica, que se coordinen intervenciones multisectoriales a través de sistemas como obras por impuestos, eso es parte de la solución, aunque a veces hay cambio de autoridades y los nuevos desconocen lo que el anterior encaminó y eso hay que buscar de cerrarlo para que hay predictibilidad”, explicó.
Ejemplificó asimismo que se han visto casos en los que se consigue construir una posta médica, con buena infraestructura, y es el Estado el que no cumple con nombrar, designar y comprometer a los médicos necesarios para la atención.
Alonso Segura culminó pidiendo que las empresas mineras apuesten por el desarrollo productivo de las comunidades, para que concurran y existan
diversas actividades alternas que generen flujo económico y no sean ellas en quienes recaiga todo el peso y las expectativas de sostenibilidad.