Durante la pandemia miles de niñas y niños ingresaron a su primer ciclo de estudio, donde se generan las habilidades y capacidades para una futura buena comprensión lectora, parte esencial en la formación de los escolares y que implica varios desafíos: decodificar y reconocer las palabras que se encuentran en el texto, utilizar estrategias de lectura, conocer los propósitos de ésta y lograr representar lo que un autor pretende comunicar. Ahora, en este 2022, una nueva modalidad toma por sorpresa a alumnos, padres y profesores: las llamadas clases híbridas.
Para Irma Ibarra, Directora de Contenido de Beereaders, empresa EdTech que busca mejorar la comprensión lectora de escolares a través de una amplia gama de textos; la modalidad híbrida ha dejado al descubierto grandes vacíos que ya habían en las escuelas en materia de formación de lectores: falta de tiempo, un plan estructurado para el desarrollo de la comprensión lectora y de buenos materiales para que los niños lean.
Los niños no están preparados para regresar totalmente a la presencialidad. Por ello, la experta señala que, para mejorar la comprensión lectora durante el desarrollo de las clases híbridas, se deben tomar medidas que ayuden a los alumnos a rendir de igual manera a las clases de forma presencial. Aquí Irma comparte tres consejos clave:
- Fundamental tener un plan con metas claras: preguntarnos a dónde queremos llegar y cómo lo queremos lograr.
- Los proyectos de lectura en la escuela deben pasar de ser un conjunto de buenas intenciones a un plan medible, alcanzable y mejorable.
- Seleccionar la mejor estrategia; en un contexto híbrido lo mejor será estructurar actividades que se puedan llevar a cabo dentro y fuera de la escuela.
Para estos propósitos, la tecnología juega un papel fundamental, ya que con diversas herramientas podemos identificar si los alumnos están leyendo, cuánto y cómo lo están haciendo. “Por ejemplo, los reportes de uso de las plataformas digitales nos pueden levantar focos rojos sobre alumnos que no se están conectando a las actividades que hemos dejado, es decir, identificar a tiempo a los estudiantes de baja participación y así evitar el ausentismo o una posible deserción de los escolares”, agrega la especialista.
Con estos tres pilares mencionados: gusto, seguimiento y plan de mejora, las escuelas y los docentes tendrán la base para asegurar la comprensión lectora de los alumnos y así poder guiarlos y enseñarles lo necesario para seguir con la vida escolar. “Recordemos que cuando las condiciones materiales y emocionales de los niños cambian, y ellos se enfrentan a un entorno incierto, también cambian sus capacidades de concentración y, por lo tanto, las condiciones para aprender mejor”, concluye la especialista de Beereaders