El bitcoin es mucho más que una divisa digital. Esta criptomoneda nació como un desafío a la economía centralizada, manejada por autoridades monetarias como la Reserva Federal estadounidense, el Banco Central Europeo y el resto de bancos centrales de los países.
Aunque el bitcoin no ha llegado a lograr la revolución que pretendía, su repercusión en la economía está fuera de toda duda.
Por un lado, las criptodivisas han recibido el respaldo de la comunidad financiera, al aceptarse en Estados Unidos la posibilidad de invertir en criptomonedas a través de fondos cotizados.
Por otra parte, las iniciativas de prácticamente todos los grandes bancos centrales para el desarrollo de sus propias monedas digitales, las denominadas Central Bank Digital Currency (CBDC), demuestran que el camino que mostró el bitcoin es muy interesante.
‘Boom’ de las CBDC
El paulatino lanzamiento de las CBDC disparará el uso de este medio de pago en los próximos años. De acuerdo con el informe ‘Global CBDCs and Stablecoins Market 2024-2031’, de Juniper Research, en el año 2031 se producirán 7.800 millones de transacciones con este tipo de monedas digitales, frente a los 307,1 millones de transacciones que se efectuarán este año. Es decir, el volumen de transacciones se multiplicarán 25 veces.
Como consecuencia de ello, el valor de las transacciones realizadas con CBDC también se disparará, pasando de 225,2 millones de dólares en 2024 a 1,6 billones en 2031, con un crecimiento del 610% en este periodo.
La consultora explica que este notable crecimiento será impulsado por los bancos centrales para salvaguardar la soberanía monetaria frente al dominio de los pagos con tarjeta y la creciente popularidad de las denominadas stable coins, monedas digitales cuyo valor está vinculado a activos estables o cestas de activos, con el fin de reducir su volatilidad.
Además, Juniper Research pone el acento en proyectos colaborativos como mBridge y Project Icebreaker, que buscan conectar las CBDC nacionales, de manera que los países dependan menos de los canales de pago establecidos.
Los expertos de la consultora destacan que el uso de CBDC y monedas estables en pagos transfronterizos permitirá ahorrar 45.000 millones de dólares para 2031, aliviando a unos remitentes de remesas y empresas globales que actualmente se ven perjudicados por altas tarifas y una visibilidad limitada en este tipo de operaciones.
En ese sentido, Juniper Research remarca que las CBDC y las stable coins agilizan las transferencias, al evitar intermediarios costosos, lo que permite realizar transacciones directas a través de redes descentralizadas o controladas por bancos centrales.
“Las tecnologías de pago emergentes, como las CBDC y las stable coins, agilizarán los pagos internacionales. Estas tecnologías innovadoras ayudarán a hacer crecer la economía digital y a aumentar la inclusión financiera global al reducir la dependencia del dólar estadounidense para las liquidaciones internacionales”, especifica Lorien Carter, autora de la investigación.
(silicon.es)