La Red de Estudios para el Desarrollo (REDES) ha identificado que la inversión privada se ha visto muy afectada en los últimos años. Entre el 2004 y el 2013, esta crecía un 13.8%, en promedio, año a año. Sin embargo, en la última década (2014-2023), la inversión privada solo avanzó a un ritmo de 1% cada año, sin contar el periodo de pandemia.
“La inversión privada es uno de los motores esenciales de nuestra economía, mediante la cual se generan empleos de calidad y se aseguran ingresos para las familias. Esta inversión no solo fomenta la estabilidad económica, sino también, impacta positivamente en el bienestar futuro de las familias peruanas”, comentó Franco Saito, economista de REDES.
Si analizamos por quinquenios, encontramos que, entre el 2004 y 2008, la inversión privada creció un 17% anual, impulsada por la estabilidad política y económica, así como por los altos precios de materias primas.
Posteriormente, entre los años 2009 y 2013, el crecimiento se moderó al 10% en promedio debido a la crisis financiera del 2008 y 2009. Sin embargo, entre 2014 y 2018, se registró una caída del 1% promedio anual por el retroceso de los precios de las materias primas, la inestabilidad política nacional y la desaceleración económica mundial.
Al respecto, el economista subrayó que, aunque en el período más reciente (2019-2023), la inversión privada creció un 3%, el descenso observado anteriormente refleja una situación preocupante porque la inversión privada ayuda a la creación de empleos formales; lo que a su vez contribuye en la lucha contra la pobreza, cuya cifra aumentó en el último año.
De hecho, según el Instituto Peruano de Economía, cuando la inversión privada crecía a un ritmo anual de 13.8% entre el 2004 y 2013, la pobreza se reducía cuatro puntos porcentuales por año.
Además, hay que considerar que, según la última Encuesta Permanente de Empleo Nacional, en el segundo trimestre del 2024, el empleo a nivel nacional ha crecido apenas un 0.2% comparado con el segundo trimestre del año anterior.
“Con la creación de empleos formales y de calidad, se facilita la obtención de ingresos estables y mejores condiciones laborales. A fin de recuperar los niveles de inversión privada que teníamos en la década pasada, es fundamental garantizar un clima de confianza en nuestro país, mantener la estabilidad política, ofrecer un marco legal sólido, y proporcionar incentivos y políticas claras que aseguren estabilidad jurídica y seguridad ciudadana”, destacó Saito.