¿Cuáles son las condiciones que tiene Perú para ser parte de la nueva era productiva potenciada por la tecnología y la digitalización? Para construir un futuro de más y mejores oportunidades para los jóvenes, tenemos que unir esfuerzos, y empezar lo antes posible a diseñar planes de trabajo para aprovechar el talento disponible, generando oportunidades.
¿Qué deben estudiar los jóvenes peruanos para trabajar en estos roles tan demandados? Un informe del Foro Económico Mundial señala como las profesiones más demandadas o áreas con mayor necesidad de roles a cubrir: especialistas en inteligencia artificial y automatización, expertos y analistas en materia de seguridad de la información, ingenieros Fintech, desarrolladores de Robótica, científicos de datos, conocimientos en transformación digital.
Los especialistas recomiendan desarrollar las habilidades digitales desde edades tempranas. ¿Por qué? Para impulsar su vocación, incorporar conocimientos, y potenciar su perfil profesional en un futuro que está en constante movimiento y cambio.
Desde hace varias décadas, los sistemas educativos de toda América Latina han estado en proceso de revisión para incorporar contenidos que permitan a los estudiantes fortalecer habilidades como el pensamiento crítico y el computacional. Sumado a esto, en los últimos años se ha fortalecido desde la política pública el abordaje de las habilidades para la toma de decisiones, la gestión de las emociones y la resiliencia. Ahora bien, no es posible esperar que la escuela haga todo sola, es necesario construir redes virtuosas entre diferentes sectores para que los niños, niñas y adolescentes puedan tener más y mejores oportunidades en el futuro.
De acuerdo a la Encuesta Talento Digital en el Perú que realizó el BID, la pandemia ha provocado un importante aumento de la demanda de perfiles ocupacionales relacionados a las tecnologías de la información y comunicaciones (TIC). A esto le sumamos un estudio de la CEPAL donde señala que cerca del 30% de la población de Perú cuenta con habilidades digitales básicas, un 20% con habilidades intermedias, y el 10% con habilidades avanzadas.
Dos desafíos en simultáneo
Si bien cada novedad trae un desafío, también abre una oportunidad de potenciar las habilidades y el talento de las personas. Para que las tecnologías sean un aliado para el crecimiento y progreso de los países es fundamental trabajar articuladamente entre sectores. De este modo, los esfuerzos se potencian, se fortalecen las políticas públicas, se genera un círculo virtuoso que acompaña a los objetivos para la transformación del modelo productivo de un país.
Hay que unir esfuerzos para facilitar el acceso a formación complementaria para que estudiantes de todos los niveles educativos, jóvenes y trabajadores de todas las edades tengan la oportunidad de aprender cosas nuevas.
Es necesario abordar dos desafíos en paralelo: la alfabetización digital, por un lado. Estar alfabetizado digitalmente implica contar con las competencias necesarias para que cada persona pueda elegir libremente cómo vivir en una sociedad digital y pueda beneficiarse de las oportunidades de desarrollo que el mundo digital ofrece. Y, por otro lado, el desarrollo de habilidades para el trabajo. Esto implica la adaptación a un nuevo rol que se ve transformado por alteraciones en el proceso de trabajo y; el desarrollo de nuevas habilidades y competencias que mejoren el rendimiento de los trabajadores.
Estos procesos no son sólo para encontrar mejores empleos, sino también para que la tecnología sea un aliado para expandir el talento de las personas. Esta enorme oportunidad no debe quedarse sólo en poner a disposición una herramienta, un recurso o una oportunidad. Tenemos que medir el impacto de lo que hacemos. Todo el esfuerzo que realizan las empresas, los Estados, los organismos internacionales y también las personas tiene que contar con un seguimiento y evaluación para saber si estamos transitando el camino correcto.