La Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU) presentó el estudio Género y Educación. Una mirada al sistema universitario desde las trayectorias estudiantiles, como su primer Documento de Trabajo, línea de publicaciones académicas cuyas entregas estarán dedicadas analizar las características del sistema universitario peruano, con el fin de proponer recomendaciones de política pública alrededor de cada tema estudiado.
En esa línea, el primer Documento de esta serie explora las brechas de género en el sistema universitario peruano, a partir del análisis detallado de la información del III Informe Bienal sobre la Realidad Universitaria (III IB), información del Sistema de Información Universitaria (TUNI), ambos a cargo de SUNEDU, así como material estadístico recogido a través de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), entre otros informes producidos por el INEI. El estudio fue elaborado por la Dra. Carmela Chávez Irigoyen.
El informe, ya disponible para descarga en la página web de la SUNEDU, revela nuevas tendencias en el sistema universitario peruano en cuanto a género. El primero de ellos es que, en los últimos años, egresan más alumnas que alumnos de las aulas universitarias, con un 54% de mujeres y un 46% de hombres, según el III IB de la SUNEDU. En este escenario, las mujeres tienen además mayores oportunidades de acceso temprano a la educación superior, con un 30,8% para las mujeres frente a un 26,1% de los hombres. Dicho acceso está condicionado, además, por variables como el nivel de gasto, el nivel educativo alcanzado por la madre y/o padre, el origen indígena y el nivel de carga familiar.
El estudio encontró que el hecho de tener padres sin educación superior completa reduce más las posibilidades de contar con estudios superiores entre hombres que en mujeres (33,7 puntos de distancia entre los que sí cuentan con padres con educación superior completa en hombres, versus 25,3 en las mujeres). En el caso de las mujeres, el provenir de hogares con alta dependencia familiar afecta el acceso a la educación superior en casi 15,8 puntos menos que las que tienen baja dependencia, versus sólo 5,7 puntos entre los mismos perfiles de los hombres. Es decir, que el menor capital educativo afecta más a los varones en sus probabilidades de ingreso mientras que, en el caso de las mujeres, el factor que más afecta su acceso es la dependencia familiar.
Asimismo, se confirma una alta segregación por campos de conocimiento, con rubros educativos altamente masculinizados y feminizados. El informe halló que carreras relacionadas a tecnología de la información y comunicación están altamente masculinizadas con tan solo 14 mujeres por cada 100 estudiantes, frente a 30 en ingenierías, industria y construcción. En la otra orilla, carreras en el campo de la salud y bienestar están altamente feminizados, con solo 28 varones por cada 100 estudiantes, y 30 por 100 estudiantes en el rubro de educación. Particularmente, las carreras con el más alto desbalance de género y predominancia masculina son aquellas de Mecánica y metalúrgica o Electrónica y automatización, con menos de 1 mujer por cada 10 estudiantes, mientras que carreras dedicadas al cuidado como Educación inicial, educación especial y obstetricia, cuentan con 0,5 varones por cada 100 estudiantes. Dicha polarización crea culturas laborales excluyentes en carreras con alto desbalance de género en su alumnado, que se extenderán durante el desarrollo profesional de las egresadas y egresados, afectando sus oportunidades laborales, reconocimientos e ingresos.
Este último factor, el de ingresos salariales, se mantiene desde hace décadas como uno de los puntos críticos entre egresadas y egresados: en general, en Perú, las mujeres con educación superior ganan entre un 20 y un 22% menos que hombres por el ejercicio de la misma carrera, mientras que para aquellas/os egresadas/os de universidades privadas societarias, la distancia de ingresos alcanza el 27%. Por otro lado, se encontró que durante la crisis sanitaria del Covid-19, el subempleo invisible tuvo un alza de casi el doble en las mujeres en relación a sus pares varones, siendo que los salarios de las mujeres se redujeran en 28% mientras que los varones en un 22,8%.
El documento cierra con diversas recomendaciones para generar acción sobre las brechas de género para el sistema universitario. En principio, anota la necesidad de contar con sistemas de información que permitan analizar cómo las diversas etapas de vida afectan de manera diferenciada a mujeres y hombres, como el embarazo, la maternidad, paternidad, cuidado de menores de edad y/o ancianos, entre otros.
Asimismo propone la creación de políticas de igualdad de género en las universidades para desarrollar instrumentos de cuidado, mentorías especiales para grupos sociales subrepresentados (como las mujeres en la tecnología y construcción, y los hombres en carreras de cuidado), así como incentivos para mejorar el acceso, permanencia y ejercicio orientadas a lograr un balance en carreras altamente feminizadas o masculinizadas, con el desarrollo de modelos pedagógicos con enfoque de género que promocionen el acceso diverso a dichas profesiones desde la educación básica. Finalmente, el documento destaca la necesidad de seguir profundizando la investigación, de manera interseccional, que dé luces sobre los factores de interrupción de estudios que afectan más a mujeres y a hombres.
El Documento de Trabajo N° 1: Género y Educación. Una mirada al sistema universitario desde las trayectorias estudiantiles, está disponible para descarga desde hoy en el siguiente link: https://www.gob.pe/institucion/sunedu/informes-publicaciones/3849680-genero-y-educacion-una-mirada-al-sistema-universitario-desde-las-trayectorias-estudiantiles.