La cuarentena dio impulso a un negocio que ya venía en auge desde antes: con el distanciamiento social por el coronavirus y la industria aérea restringida por el cierre de fronteras, los vuelos privados despegaron con fuerza.
En los últimos años creció la demanda de jets privados a nivel global, pero el Covid-19 impulsó la tendencia, que gana cada vez más fuerza en América Latina. Con casi 1200 helicópteros operativos para el segmento ejecutivo, la región es el segundo mercado mundial más importante, después de América del Norte (los Estados Unidos y Canadá).
Los vuelos privados son elegidos por grupos familiares que prefieren este medio de transporte alternativo para sus vacaciones, pero también por empresas que los eligen para los viajes de sus ejecutivos. En la cuarentena, aumentó un 25% la contratación del servicio por parte de compañías con operaciones en América Latina.
Las ventajas de los vuelos privados son múltiples: mayor privacidad y seguridad, pero también más confort y comodidad, beneficios clave en este contexto. Los helicópteros, sobre todo, otorgan una libertad de movimiento cada vez más apreciada. No solo evitan para evitar los problemas de seguridad y el tránsito terrestre de los centros urbanos: con una velocidad de 200 kilómetros por hora, son ideales para trayectos cortos, especialmente.
La pandemia generó grandes cambios y el turismo se prepara para un regreso distinto. Los aeropuertos implementarán estrictos protocolos y habrá que presentarse en la terminal varias horas antes de subir al avión comercial. Por temor al virus, muchas compañías quieren cuidar a sus ejecutivos y evitar que se trasladen en vuelos comerciales con desconocidos.
Los empresarios también, por su cuenta, declinan realizar viajar en vuelos regulares. “Estimamos que habrá un éxodo de ejecutivos que a menudo se trasladaba en la aviación comercial y ahora lo hará en la aviación ejecutiva”, anticipa Sebastián Chicou, piloto y CEO de JetsBooking, un marketplace B2B (business-to-business) que conecta agentes de viajes con empresas de aviación ejecutiva.
La plataforma les permite a las empresas buscar, comparar y reservar tíckets en líneas aéreas comerciales y combinarlas con jets privados o helicópteros. De esta manera, los ejecutivos pueden viajar en un avión comercial, por ejemplo, desde Miami a San Pablo, combinar el vuelo con un jet ejecutivo hacia Buenos Aires, y llegar en helicóptero a un hotel en las afueras de la ciudad.
“Este disruptivo modelo de negocio combina el inventario de asientos de líneas aéreas con el de la aviación ejecutiva en una miso sitio, junto con la vinculación por nuevos canales de distribución. Somos una especie de modelo de economía compartida”, afirma Chicou.
“Las empresas nos consultan por paquetes de horas de vuelo, que les permitan a sus directivos disponer de tiempo y así cumplir con sus agendas. Las más interesadas son las que operan en distintos distritos, como las de minería, energía y petróleo”, agrega.
Los empresarios pueden despegar de aeropuertos ejecutivos por terminales VIP, volar a destinos que las aerolíneas no cubren (la aviación comercial utiliza menos del 10% de los aeropuertos disponibles en el mundo), viajar en first class o ejecutiva (en la post pandemia, se reducirá́ drásticamente la oferta de vuelos en el mundo), elegir con quién volar y reservar un asiento por grupo de afinidad. Además, pueden seleccionar preferencias como el catering, las bebidas, las películas y la música, entre otras opciones.
¿Cuánto cuesta el servicio para las empresas? El rango de precios es diverso y depende de distintos factores, como el tamaño del avión, la cantidad de pasajeros que se trasladan, si el vuelo es directo o hay conexiones, y los kilómetros que se deben recorrer para llegar a destino. En vuelos domésticos de pocas horas, por ejemplo, el alquiler de un jet mediano cuesta USD5.500 Buenos Aires – Córdoba (de Argentina, ida y vuelta), pero un vuelo internacional en un jet para 8 pasajeros, por ejemplo para la ruta Miami-Buenos Aires ida y vuelta, asciende a USD68.000.
La apuesta es lograr la democratización de esta industria, históricamente reservada para clientes de poder adquisitivo alto, acercándola a los consumidores a través de herramientas tecnológicas como Inteligencia Artificial, Blockchain, Internet de las cosas y Data Intelligent. Con una inversión de USD 1,7 millones de seed capital, JetsBooking se lanzó al mercado regional hace unas semanas, impulsada por la demanda que experimenta el sector.
Cuenta con más de 9.000 aeronaves, entre jets y helicópteros, en más de 110 países. Sus oficinas centrales se encuentran en Miami, aunque su equipo de desarrollo IT está radicado en la Argentina. Posee acuerdos globales con gigantes de la industria del travel, como SABRE Holding y Travelport, compañías con presencia en más de 180 países, 19 billones de búsquedas de tickets aéreos por mes y 480 líneas aéreas integradas.
“La aviación privada necesita un cambio. Buscamos innovar a través de la tecnología, llevándola a donde nunca antes estuvo, en los teléfonos de cada viajero, con más opciones de vuelos, diversidad de destinos, flexibilidad de horarios y mayor confort y salubridad en tiempos como este. Con el correr de los meses, veremos cómo el sector se vuelve más eficiente y económico para los pasajeros”, concluye Chicou.