El paradigma desde donde se mira la diversidad en las organizaciones está cambiando. Primero se decía que no fuéramos discriminatorios. Luego se incorporó una mirada más de negocio. En la actualidad ya estamos hablando de un impacto positivo, de dotar a la organización de capacidades genuinas para hacer frente a estos escenarios más volátiles. Hoy está super probado el beneficio de tener miradas diversas para mejorar los resultados, ya que es un aspecto directamente relacionado con la felicidad y el bienestar de los empleados.
La cultura habilita, inhibe o promueve cierto tipo de comentarios, a los que nosotros llamamos microagresiones. Lo más fácil de pensar son los procesos. Por ejemplo, asegurarnos de que en cierta terna haya diversidad. Pero lo que hace a la cultura son los gestos sutiles, que pueden pasar inadvertidos. Están en un área ciega, pero son nocivos para la gestión.
Existe una serie de herramientas que pueden implementarse dentro de las empresas para mejorar la gestión de la diversidad y la inclusión. Una de ellas son los grupos de afinidad ERG (Employee Resources Group), espacios conformados por empleados, acompañados por un representante del grupo gerencial, que se reúnen a partir de temas que les son inherentes, que les preocupan, que tienen en común.
Se trata de un dispositivo que permite que este grupo que comparte necesidades sugiera cuáles son las acciones que se pueden implementar para tener un mejor relacionamiento con la empresa, un mejor balance vida personal/vida laboral. Esto termina impactando en el sentido de pertenencia que tienen los colaboradores.
Todo cambio es cultural, y la cultura no cambia por sí sola, sino que evoluciona y requiere gestión. Cuanta mayor diversidad de voces hay en la organización y cuanto más sean tenidas en cuenta esas perspectivas, mayores serán el compromiso y la creatividad que van a existir dentro de la empresa.
Los beneficios están vinculados con la innovación, con la retención de talentos y con la productividad. Son muchos procesos a repensar. Es cambiar la manera en la que nos relacionamos, entender que el otro es justamente otro y que esa otredad puede ser valiosa para la gestión.
Estamos girando hacia una cultura de la equidad, la inclusión y la diversidad. Debemos generar los espacios para que las personas se vayan acercando a construir esa nueva cultura. Es necesario promover, aceptar y albergar las diferencias. Hay que colocar el tema en la mesa del equipo directivo, debe ser parte de la estrategia y reflejarse en actos concretos. Esto se va a traducir en innovación y agilidad