La inteligencia artificial (IA) es una de las mayores disrupciones en las que la humanidad está trabajando y está no solo influyendo, sino que cambiando radicalmente muchos modelos de negocios, buscando sortear obstáculos que no se relacionan a la disponibilidad tecnológica, sino en factores humanos como el liderazgo y el cambio cultural.
Omar Crespo, consultor, docente, emprendedor y asesor de empresas en el campo de transformación digital, apuntó que en el Perú el estado de adopción de la IA muestra que ya un 67% de empresas están usando este tipo de herramientas, un nivel moderado comparado con el 72% detectado por la consultora McKinsey a nivel mundial para 2024.
Disrupción digital
Con la llegada de la Web 3.0, donde las personas interactúan con todo un ecosistema de productos y servicios a través de internet, está empujando a muchas empresas hacer cambios profundos en sus modelos de negocios. Crespo puso como ejemplo el caso de los automóviles autónomos, una tendencia que cambiará pronto la manera en que aprendemos a manejar, los tipos de seguros que se aplican, los sistemas de parqueo, incluso las fábricas de estos vehículos y las políticas públicas.
“Me ha tocado liderar cuatro transformaciones digitales, y una alerta en común es que la transformación digital requiere mucho compromiso de las personas y, especialmente, de los líderes. Muchos no la ven. Por ello la respuesta a la disrupción digital tarda, se pone lenta, no se hace o se posterga. Se piensa más en el día a día que en cómo voy a sobrevivir en el futuro”, explicó durante su participación en el ERP Summit.
Este proceso, que implica un compromiso continuo con el tratamiento y análisis de una gran cantidad de información no siempre es bien llevado, y de hecho, desde su experiencia personal, tres de cada cuatro proyectos de transformación digital fracasan. Esto sucede porque las organizaciones están muy enfocadas en sortear su actualidad inmediata, los problemas políticos y económicos.

Cuatro dimensiones
Para Omar Crespo, el camino hacia la transformación digital implica entender el trabajo en cuatro dimensiones. El primero estriba en la experiencia del cliente (con aplicativos y transacciones digitales); el segundo es la automatización de procesos (simplificándolos y digitalizándolos); el tercero implica aprovechar los datos como activo estratégico para convertirse en una empresa basada en datos; y la última es la evolución hacia un modelo de negocio digital que vaya en paralelo al tradicional, buscando nuevos mercados y audiencias que el modelo antiguo no alcanza.
El desafío entonces, refiere, está en que las empresas necesitan líderes, CEOs y CIOs, que estén convencidos de la necesidad de sostener estos procesos, no solo adquiriendo la tecnología, sino embarcándose en un cambio de cultura transversal, desde la directiva hasta los trabajadores, venciendo mitos y miedos.
El rol de los líderes de tecnología es clave en esta tarea, pues en ellos recae la necesidad de desarrollar un lenguaje persuasivo de negocios para que los directorios entiendan la fuerza de este cambio desde perspectivas de impacto económico real, como ya hacen empresas peruanas que aplican la IA en procesos de marketing, ventas, atención al cliente y demás.
“Debemos movernos además hacia una analítica predictiva, buscar datos para predecir qué funciona en este escenario para monetización. En nueve de diez casos que he visto, no cuentan con esto y no se sustenta la inversión que implica traer la IA a las empresas. Se tiene que definir un escenario de monetización para crear el modelo, entrenarlo, y contar con datos limpios”, se explayó. Todo esto se debe dar además en un contexto de uso ético de la IA, evitando sesgos y problemas de reputación o imagen. El trabajo con entidades académicas, como las universidades, puede ser de gran ayuda.
Finalmente, el especializa observó que el principal desafío de la adopción de la IA en las empresas no es el tecnológico, sino que “no hay talento especializado, los costos de implementación son altos y hay mucha resistencia al cambio”. Por ello, recomendó a las organizaciones trabajar con los liderazgos, porque la fuerza de la IA necesita del respaldo de la gente para funcionar y otorgar los grandes resultados que ya se están vislumbrando en múltiples industrias. “Trabajemos mucho sobre los líderes”, recomendó.