Por Comex Perú
China enfrenta un panorama económico desafiante, marcado por una desaceleración en su crecimiento y tensiones comerciales con Occidente. Este contexto reviste especial importancia para el Perú, dado que el mercado chino es clave para nuestras exportaciones, especialmente las del sector minero.
La República Popular de China destaca como una de las economías más dinámicas a nivel mundial. En el segundo trimestre de 2024, su producto bruto interno (PBI) creció un 4.7%. Sin embargo, este crecimiento fue inferior al crecimiento esperado por 0.4 puntos porcentuales (pp.), según el reporte del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP).
La desaceleración del crecimiento de China fue consecuencia de la débil demanda interna, tensiones comerciales con Occidente, la prolongada caída del mercado inmobiliario, el bajo nivel de confianza entre consumidores e inversionistas, y el alto endeudamiento del sector privado, según el BCRP. El riesgo de este menor crecimiento se incrementó con las restricciones comerciales de Estados Unidos y la eurozona.
En respuesta a este complejo panorama, el Gobierno chino optó por implementar una serie de medidas. Entre ellas se encuentra la reducción de la deuda, el incremento del presupuesto a los Gobiernos locales, la ampliación y flexibilización del programa de renovación de stock de equipos industriales y domésticos, la asignación de un subsidio de US$ 562 millones para incentivar la demanda de bienes y la priorización del desarrollo de sectores tecnológicos.
El informe China Outlook: Can China make it in 2025, de JP Morgan, y el reporte China Key Themes 2025: A policy – driven, half – full glass economy, de Oxford Economics, subrayan que el gigante asiático continuará enfrentando un crecimiento restringido en 2025. Esta proyección obedece a factores como el debilitamiento del consumo interno, las dificultades persistentes en el sector inmobiliario y las tensiones comerciales con EE. UU. Asimismo, ambos análisis ponen de relieve el riesgo latente de una tendencia deflacionaria.
La relevancia de este escenario trasciende las fronteras de China y adquiere particular importancia para el Perú, dado que es el principal destino de nuestras exportaciones. Esta estrecha relación comercial resalta la necesidad de evaluar cómo los desafíos económicos que enfrenta el país asiático podrían repercutir en nuestro país.
Al ser China el mayor comprador de productos peruanos en la última década, su menor crecimiento tendría consecuencias para nuestras exportaciones. A octubre de 2024, un 34.5% de los envíos al exterior tenían como destino al gigante asiático.
Más de la mitad de los envíos peruanos al exterior están ligados a la minería. Este año, el valor total exportado ascendió a US$ 37,458 millones, lo que representa el 62.3% de los envíos del país. De esa suma, US$ 18,722 millones tuvieron como destino al mercado chino, lo que equivale a la mitad de los envíos mineros al exterior.
El sector agropecuario destacó por su crecimiento constante en las exportaciones dirigidas a China en los últimos cinco años. En 2023, los envíos alcanzaron un valor de US$ 367 millones, lo que representó un aumento de US$ 175 millones en comparación con 2019. Para octubre de 2024, el monto acumulado ascendió a US$ 120 millones.
El informe macroeconómico de Scotiabank y el reporte de inflación BCRP subrayan el impacto de la desaceleración de la demanda china en los precios de minerales como el zinc y el cobre. Scotiabank, por ejemplo, advierte que una prolongada desaceleración en el sector inmobiliario chino representa un riesgo significativo para la cotización del zinc.
En lo que se refiere a la inversión china en el Perú, se cuenta con US$ 38,800 millones entre 2001 y agosto de 2023. La inversión del gigante asiático se concentra principalmente en sectores como energía (US$ 9,166 millones) y minería (US$ 23,791 millones).
La desaceleración económica de China plantea un desafío no solo para su propio desarrollo, sino también para las economías estrechamente vinculadas a su mercado, como el Perú.