En la reunión de líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), de noviembre próximo, el Perú impulsará un acuerdo internacional para avanzar en la transición hacia una economía formal. Este documento considerará medidas específicas. Por ello, es necesario analizar la situación actual del problema y reconocer las recomendaciones internacionales al respecto.
La informalidad tiene varias aristas, pero su presencia es innegable en las economías miembro del APEC. Según estimaciones del APEC Policy Support Unit, la contribución del sector informal al PBI del bloque es significativa, pues oscila desde el 8.5% en EE. UU. hasta el 59.4% en el Perú. Estimar la proporción de empleos que genera el sector es complejo, debido a las consideraciones de cada miembro, pero esta también sería elevada, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Entre las economías con información disponible, la informalidad laboral es más elevada en Indonesia (81.2%), Perú (71.6%)[1] y Vietnam (67.7%), según estimaciones de la OIT. El Perú e Indonesia también destacan porque representan las economías con mayor proporción de trabajadores informales que laboran en empresas formales.
Los trabajadores se consideran informales, pese a pertenecer a empresas formales, cuando carecen de protección social, beneficios laborales, no tributan u operan al margen de la regulación laboral, de acuerdo con la OIT. Existen varios motivos que explican esta situación, pero la evidencia internacional sugiere que esto depende de los costos asociados a la contratación formal. Tanto es así que los trabajadores también suelen solicitar no ser declarados para evitar las contribuciones obligatorias que exige la regulación[2].
Múltiples investigaciones recomiendan implementar estrategias diferenciadas entre empresas informales y formales que no reportan a todos sus trabajadores. No basta con incrementar la fiscalización, porque en el segundo grupo el efecto de desplazamiento es mayor y afectaría más a las empresas de menor tamaño, lo cual generaría una mayor informalidad tributaria[3]. Inclusive, la evidencia para México sugiere que el incremento en inspecciones puede generar una pérdida significativa de empleos formales[4].
Esta consideración es importante, porque en economías como Indonesia, Perú, Tailandia, Brunéi Darussalam, Chile y Corea del Sur, alrededor de un tercio del empleo informal ocurre en empresas formales. Por lo tanto, para identificar recomendaciones de política específicas es necesario revisar la situación del bloque económico en relación con otras economías desarrolladas.
¿QUÉ TAN COMPETITIVA ES LA REGULACIÓN LABORAL EN EL APEC?
Recientemente, el Banco Mundial publicó la primera edición del Business Ready (B-Ready), que compara el desempeño de 50 economías, las cuales aumentarán a 180 en los próximos años. Se analizan, en cada una, la calidad del marco normativo, los servicios públicos y la eficiencia operativa de la regulación en diez tópicos temáticos. El cuarto tópico se refiere al mercado laboral y permite identificar tendencias y aspectos de mejora al respecto.
Entre las economías evaluadas, los miembros del APEC alcanzaron un puntaje promedio de 70.1, que superó el desempeño agregado del reporte (65), pero se situó por detrás del resultado de las economías de altos ingresos (72.1). Esta diferencia se intensifica al analizar cada pilar considerado, donde el mayor rezago en materia laboral del bloque APEC[5] sería en el pilar calidad de las regulaciones laborales, con una diferencia de 7.6 con las economías desarrolladas.
El primer pilar está compuesto por la suma de dos categorías: i) condiciones de empleo y ii) restricciones y costos de empleo. Cada una posee un valor máximo de 50 puntos, mientras que cada subcategoría solo puede alcanzar los 16.7 puntos. El mayor rezago de las economías miembro del APEC con las de altos ingresos se presenta en las condiciones laborales relacionadas con la terminación del empleo.
Esto sugiere la necesidad de revisar la regulación sobre el periodo de notificación previa antes del despido, el pago de indemnizaciones y los requisitos de notificación para el despido colectivo. Si bien ello incluye aspectos en los cuales se debe evitar desproteger al trabajador, los resultados sugieren un exceso regulatorio en relación con las economías más desarrolladas.
El segundo mayor rezago pertenece a las restricciones y costos en relación con los beneficios laborales, que implica mayores contribuciones por parte del empleador en las economías APEC en materia de pensiones, seguro de desempleo, seguros de salud, entre otros aspectos. Y el tercero corresponde al nivel del salario mínimo para la realidad de cada economía, que resulta más elevado que lo reportado en las más desarrolladas.
Existen aspectos adicionales por considerar, pero la evidencia internacional sugiere que las economías miembros de APEC incluidas en la primera edición del B-Ready establecen mayores costos laborales no salariales, que deben asumir los empleadores, en contraste con las economías de altos ingresos. Revisar esto será indispensable para mejorar la competitividad de cada mercado laboral.
(ComexPerú)
[1] Esta estimación corresponde a 2023. Difiere de las estimaciones del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) porque la OIT considera una metodología diferente, pero estandarizada a nivel internacional. Esto permite la comparación entre diferentes economías.
[2] Perry, G. E., Maloney, W. F., Arias, O. S., Fajnzylber, P., Mason, A. D. y Saavedra-Chanduvi, J. (2007). Informalidad: Salida y exclusión. Banco Mundial. https://openknowledge.worldbank.org/entities/publication/9f3adf12-2264-5ce5-a8c0-886bc9d41632
[3] Ulyssea, G (2020). Informality: Causes and Consequences for Development. Annual Review of Economics, 12, 525-546. https://doi.org/10.1146/annurev-economics-082119-121914
[4] Samaniego de la Parra, B. y León Fernández, B. (2024). Increasing the Cost of Informal Employment: Evidence from Mexico. American Economic Journal: Applied Economics, 16(1), 377-411. https://doi.org/10.1257/app.20200763
[5] Las economías miembros del APEC consideradas en el B-Ready fueron China, Indonesia, México, Nueva Zelanda, Perú, Filipinas, Singapur y Vietnam.