Inspirada en la historia de vida de su madre —una mujer que, aunque no contaba con capital para hacer crecer su negocio, sacó adelante a sus cuatro hijos vendiendo productos artesanales en un pequeño puesto en Tarma (Junín)— Fiorella Contreras decidió fundar la fintech social Tappoyo en el 2018. Desde entonces, su empresa se dedica a conectar grupos de mujeres emprendedoras de diversas regiones del Perú que necesitan un préstamo sencillo y rápido con inversionistas.
Según cifras del Banco Mundial, de cada 10 créditos que se otorgan en el Perú, solo tres están dirigidos a mujeres. De hecho, en zonas rurales solo una de cada diez obtiene financiamiento formal, resalta Contreras, cofundadora y CEO de Tappoyo. “Esto sucede porque son mujeres de bajos ingresos, no tienen historial crediticio y no hay un banco cercano en su localidad. Para la banca tradicional, estas mujeres son invisibles y no pueden llegar a estas zonas por sus altos costos operativos y por el riesgo que implica. Todo esto lleva a más del 80% de estas mujeres a recurrir a prestamistas informales donde pagan tasas de interés usureras y, además, son sometidas a métodos de cobranza totalmente agresivos”, comenta la emprendedora peruana.
Tras identificar este panorama, Fiorella Contreras (con más de 15 años de experiencia en una fintech estructurando operaciones) y su hermano Rennzo Contreras (con unos 20 años trabajando en instituciones financieras del Perú) decidieron crear Tappoyo. La startup, básicamente, es una plataforma físico-digital que conecta a grupos de mujeres emprendedoras que necesitan un préstamo —que va desde los S/7.200 hasta S/15.000— con inversionistas que cuentan con un excedente de capital y buscan generar impacto social que, a su vez, les genere una rentabilidad segura —en el 2023 obtuvieron ganancias promedio de 18,5% y efectuaron una inversión individual promedio de S/35.000—. Tappoyo se encarga de conectar a ambos actores y de gestionar el préstamo y la cobranza.
“Lo que hacemos es encargarnos de toda la parte de la obligación de la administración de préstamo y de la gestión de la cobranza. Entonces, los ingresos de Tappoyo se derivan tanto de la comisión de cobranza que ejecutamos con estos como de las comisiones por el uso de la plataforma a cargo de nuestras prestatarias”, explicó.
Este modelo de negocio fue el que, justamente, hizo que la fintech peruana sea la ganadora global de la categoría Business & E-commerce en los World Summit Awards 2024, un premio organizado por la oficina de innovación de la ONU. Esta fue, además, la primera vez que Perú gana dicho reconocimiento en más de 20 años.
Tras crecer en más de 400% en sus colocaciones este 2023, Tappoyo ha beneficiado a la fecha a más de 4.000 mujeres con préstamos grupales, detalla Contreras. Para el cierre de este 2024, la fintech proyecta atender a más de 18.000 mujeres emprendedoras y trabajar en más regiones del país: pasar de 7 a 11 regiones. Además, dado el escenario similar que se vive en toda Latinoamérica —donde han identificado a más de 200 millones de personas excluidas del sistema financiero—, Contreras dice que están desarrollando un plan estratégico para que, a inicios del 2025, aterricen con su producto en Colombia, donde aseguran que ya están sentando las bases para su ingreso.
BAJA MOROSIDAD
Para recopilar y ofertar un préstamo, la tecnología de Tappoyo recolecta información tradicional y no tradicional, como las redes sociales, diferentes medios de pago, entre otros. Rennzo Contreras, cofundador y director comercial de la fintech, señala que toda esa información se dirige a un motor de evaluación, que determina un score crediticio propio y determinar si la persona es apta para el préstamo.
Esta evaluación se realiza tanto a los grupos de emprendedoras —de 8 a 15 personas— que solicitan los préstamos, como a cada uno de los integrantes del grupo.
“Estos préstamos grupales, normalmente, son atendidos por cooperativas, cajas en el interior del país y por alguna financiera importante en Lima, pero el tiempo de atención promedio es de 15 días. Hoy, con la tecnología que tenemos, estamos en 5 días de atención. Con la tecnología que estamos creando vamos a llegar a 2 días”, resaltó.
A la fecha, este método de evaluación crediticia les ha dejado solo 1% de su cartera con colocaciones vencidas, lo cual consideran un nivel muy saludable.
LLEGANDO A LA RENTABILIDAD
Mayo de este año fue un hito relevante para la startup pues, según cuentan sus fundadores, lograron alcanzar el punto de equilibrio. Ello luego de que, desde el 2022, dejaran atrás su modelo de intermediación financiera para préstamos individuales a jóvenes y reenfocaran su producto hacia mujeres emprendedoras excluidas del sistema financiero.
Con ello, Tappoyo busca cerrar su primera ronda de inversión abierta con partners que le brinden know-how del negocio (hasta el momento han financiado su expansión con fondos propios). “Lo vamos a hacer en el mediano plazo, en menos de un año”, acota Rennzo Contreras.
(forbes.pe)