La creación de carreras vinculadas a la computación en el Perú debe estar vinculada a los estándares internacionales, como ACM y IEEE-CS 2020, para estar a la altura de las currículas que se están ofreciendo en países de avanzada como Estados Unidos, Japón o China. Sin embargo, la realidad nacional tiene muchos matices y dificultades en el camino.
Ernesto Cuadros, doctor en Ciencia de la Computación por la Universidad de San Pablo (Brasil) y Miembro del Directorio de ACM/IEEE-CS Computing Curricula 2020 explica que en Perú hay por lo menos ya tres universidades que aplican en ese camino: la Católica San Pablo y la San Agustín, ambas de Arequipa, que han pasado exitosamente por acreditación internacional con criterios general y específicos; en tanto que la UTEC de Lima está en ese mismo proceso.
Este es un esfuerzo que, refiere, desde el Ministerio de Educación se intentó trabajar a nivel extenso incluyendo a los institutos, pero la carga de procedimientos del área pedagógica fue un gran obstáculo. “Los que controlan y guían eso son pedagogos, no tecnólogos, y quedamos atrapados en procedimientos y formatos pedagógicos, por lo que fue complicado llegar a la parte técnica. Se tiene el documento, pero no se ha podido plasmar en una malla curricular concreta”, detalla.
Para Cuadros, la aplicación de las soluciones tecnológicas puede variar en cada país según sus necesidades específicas, pero lo que no varía es el núcleo sobre el que se desarrolla. “No es igual tampoco un alumno de la costa o de la selva, quizá el de la costa se oriente a temas de pesquería, la tecnología se puede personalizar, pero el núcleo no cambia. Si hago una malla curricular, establezco bien el núcleo y complemento con otras cosas necesarias. Por ejemplo, en el caso de la Universidad San Agustín, ese espacio extra se adaptó para que los chicos tengan cursos de inglés desde cero hasta la certificación internacional».
Una dinámica propia
La computación tiene una dinámica disruptiva y deja muchos conocimientos superficiales en la obsolescencia rápidamente. Esto la hace distinta a otras materias en las que sus líneas de estudios pueden permanecer inalteradas durante mucho tiempo. Esta es una realidad que se debe tener muy en cuenta sobre todo en países como el Perú, donde hay un atraso estructural que se proyecta hacia las ofertas educativas del ámbito computacional, lo que ocasiona que el estudiante que las cursa termine con un perfil que no será el adecuado para competir a nivel internacional, donde todas las tendencias están más actualizadas.
“No puedo hacer una carrera escuchando al mercado actual porque estamos en un ambiente atrasado y me toma 5 años en formar un profesional. Lo que sí debo hacer es una carrera analizando qué necesitaremos en 2035. No es sólo mirar el entorno, porque esta es un área que se mueve a nivel mundial. Hay gente que trabaja para una empresa alemana y cobra en Estados Unidos. No se trata de preparar gente para un país atrasado, sino de tener gente adelantada para atraer empresas de alta tecnología, atractivos para la inversión externa, que desarrollen software acá. Si no lo prospecto, eso nunca sucederá, menos si sigo preparando gente para un mercado atrasado como en el que me encuentro”, sostiene el especialista.
Por ello, refiere, la propuesta para el cambio debe ser integral, sistemática y orgánica a nivel de país, estableciendo reglas claras para la inversión en tecnología, de tal forma que los grandes protagonistas del mundo tecnológico desarrollen desde el Perú y generen no sólo puestos de trabajo y divisas, sino conocimiento a través de un ecosistema que permea al mercado local. Un ejemplo claro en este camino es Brasil, que hace cuatro décadas ordenó su propuesta educativa de tal forma que hiciera muy atractivo para cualquier empresa grande invertir en ciencia y tecnología, con visión de mediano y largo plazo, a diferencia de Perú, donde el cortoplacismo es la norma. En ese norte, la idea del país debe ser compararse con los grandes ejemplos como Corea del Sur que con la tecnología, logró un PBI superlativo en pocas décadas, cuando a mediados del siglo pasado este la mitad del peruano.
Nivel universitario y técnico
Ernesto Cuadros cree que en este camino es necesario que a nivel universitario se desarrollen dos carreras del estandar mundial: una orientada a crear tecnología de base de Ciencia de la Computación (que es la que estudiaron los grandes creadores tecnológicos de nuestro tiempo); y otra de Sistemas de Información enfocada en el desarrollo de software para entornos organizacionales, que es un híbrido de alguien que conoce de negocios, administración y Ciencia de la Computación.
Para el campo de los institutos, la formación puede dirigirse almestandar de Tecnología de la Información que se basa en la aplicación de la tecnología que está en tendencia, con profesionales de un perfil de innovación.
A esto se debe sumar carreras derivadas de la Ciencia de la Computacion, como la Ciencia de Datos o Ciberseguridad, que surgen cómo especializaciones de la base.
En estos casos, observa, lo importante es alcanzar un equilibro entre las necesidades comerciales de la universidad y la oferta curricular, ya que algunas instituciones, por presión de áreas como marketing, pueden terminar desvirtuando el foco de la propuesta con el objetivo de hacerla más atractiva comercialmente, lo que termina en un producto que no cumple con los objetivos iniciales propuestos. Mucho peor aun, cuando la institución educativa está supeditada a fines políticos, como sucede en algunos casos en el país.
Con estas líneas de base se podría establecer una malla curricular sólida, que sea elaborada con la seriedad y el tiempo necesarios, acompañándola de habilidades blandas como la comunicación y una sólida formación ética. Este desarrollo es fundamental para que a nivel de gerencia, los nuevos directores no tengan una formación mayoritariamente gerencial con fundamentos de contabilidad y administración pero poco de tecnología. La idea es que una nueva generación tome el mando con un perfil de base y fundamentos tecnológicos a la que agregue los conocimientos gerenciales. Sólo así podrá ser competente en una economía altamente digitalizada y donde el componente tecnológico es el eje de toda la dinámica empresarial. Serán los gerentes de la transformación digital.
Regulaciones e iniciativa
A pesar de que no sólo el Perú, sino la Unión Europea han avanzado en legislaciones para regular la inteligencia artificial, el especialista se muestra reacio a lo que llama “depender de la voluntad de los políticos”, y sostiene que ChatGPT se creó sin pedir permiso de los políticos. “Perú es un país diseñado al revés; primero hay que pedir permiso a la parte legal para crear el marco legal sobre algo que no se conoce”, dice, y agrega que en ese afán se podría haber sacado una ley para regular el uso de herramientas de Office como Word y Excel.
Con esas condiciones previas el país podría establecer como meta desarrollar tecnologías que cumplan el rol de aceleradores, aplicables a cualquier sector productivo, que funcionen para millones de casos y que destaquen en múltiples lugares. “Necesitamos crear un acelerador transversal, escalable y distribuidoi, eso el Perú lo requiere urgentemente”, dice.
Finalmente, Cuadros arremetió contra los sistemas educativos que nos enseñan a tener miedo y que el error es malo, algo que no ayuda a la formación de perfiles tecnológicos. “Errar es tremendamente bueno y necesario, permite atender, corregir, acelerar. La educación peruana tiene que enseñarle a los niños que es bueno equivocarse porque de ahí salen los inventores, y eso tiene que estar en nuestro ADN”.