El mundo en general creció el año pasado 3.5% y este año llegaría a 3%, lo que revela una caída. Para el próximo año la tendencia podría mantenerse, ya que el Banco Mundial estima un crecimiento global de la economía de 2.9%, en tanto que el Conference Board cree que será 2.5%. “Esto quiere decir que el crecimiento del próximo año, con dos conflictos en el mundo, será menor al obtenido en 2023”, pronostica Javier Zúñiga, economista y gerente de Asesoría y Negocios Financieros (AFINSA).
Así, en 2024 Norteamérica decrecería un -1.7%, en tanto que Latinoamérica lograría crecer un 2.3%; Europa también crecería, pero a un reducido 1.2%; en tanto que Asia emergente estaría cerca del 5%.
También será un escenario interesante para analizar la inflación, que, señala el especialista, “es un impuesto a los pobres”, y del que se esperan resultados altos, especialmente en Argentina, a causa de las primeras medidas efectuadas por el nuevo gobierno de ese país para reducir el déficit fiscal. Para dicha nación, se proyecta una inflación de 300% en ese contexto.
El panorama peruano en este aspecto es distinto, puesto que si bien en 2022 la inflación alcanzó un 8.5%, en este año, de enero a noviembre, el índice está en 3.6% y se espera que termine en ese nivel, entrando en la meta del Banco Central de Reserva. Para 2024, se proyecta que Perú tenga una inflación del 2%.
En esta línea, Zúñiga explica que los bancos centrales cambian sus conductas sobre la tasa de referencia que aplican a sus mercados según necesiten controlar la inflación, por ello, mientras algunos países de la región pueden necesitar elevarla, hay casos como Perú y Chile, donde la tasa se puede empezar a reducir a vista de la disminución inflacionaria, con perspectivas de llegar a los niveles de 2019.
Otro de los aspectos clave para la atracción de capitales es el nivel de riesgo país. En ese ámbito, el especialista sostiene que según la calificadora JP Morgan, Latinoamérica tiene un riesgo general de 3.7, con Uruguay y Chile como los de mejor calificación. En esa lectura, Perú se encuentra tercero con una valoración de 1.62, una posición que no es negativa ya que se mantiene calificación crediticia, pero sí es inferior a la que se tenía antes de la experiencia en el gobierno del expresidente Pedro Castillo.
Moneda y producción
Con relación al tipo de cambio, Javier Zúñiga apunta que en la última década la moneda de Brasil tuvo una depreciación del 140%, Colombia del 125%, Uruguay del 105%, Chile del 82%, Perú del 46% y México del 33%. En este periodo, la devaluación más baja fue de México, seguido de Perú. De otro lado, la apreciación más alta de moneda se dio este año en Colombia y México.
Ya entrando en el examen de los ingresos per cápita, Uruguay fue el más alto a nivel regional con US$ 20,795, en tanto que Perú llegó a US$ 7,126. La media latinoamericana es de US$ 9,474.
Por el lado de la producción en tanto, el analista apuntó que en 2022 Perú creció 2.7, pero que este año en el primer trimestre fue negativo en -0.43, el segundo trimestre -0.5 y el tercer trimestre -1.0, por lo que, según la teoría económica (que identifica tres trimestres negativos), se puede hablar de recesión, algo que no ocurría desde el año 1990.
En la vista de 12 meses, de noviembre de 2022 a octubre 2023, el crecimiento del país ha sido negativo en 0.27, y medido sólo este año, de enero a octubre llegó a -0.65, por lo que es muy probable que al agregar los datos de noviembre y diciembre el resultado sea también negativo para el año en su conjunto.
Inversión mundial
Javier Zúñiga señala que la inversión extranjera directa en el mundo se contrajo -12% en 2022, creciendo sólo en dos lugares: los países en vías de desarrollo (12%) y América Latina (51%). “A pesar de que la inversión extranjera directa en el mundo disminuye, en América latina crece porque sigue contando con alternativas interesantes para los inversionistas”, observa.
En la región el caso de mayor éxito en 2022 fue Brasil, donde la inversión extranjera directa llegó a los US$ 80.000 millones. A continuación se ubicaron México, Chile, Argentina y Perú. Para nuestro país, la afectación estuvo principalmente en la incertidumbre política que daña la economía.
Esa inversión puede ser clave para desarrollar las infraestructuras básicas de la economía, como sucede con las comunicaciones. Según el vocero, el déficit de infraestructura de acceso de banda ancha en redes móviles en Perú es actualmente de US$ 20,258 millones. Mientras, el déficit de infraestructura para acceso a electricidad está en US$ 17.000 millones.
Para el próximo año, en definitiva, se espera que Perú se mantenga como el tercer país con grado de inversión y buen desempeño frente al dólar, sin embargo, a diferencia de Brasil que tiene un alto atractivo para las inversiones internacionales, nuestro país tiene mucho que mejorar en ese aspecto para competir.