Luego del golpe que significó para la economía mundial el surgimiento de la pandemia de Covid-19 en 2020, se empezó a ver un 2021 en que los países empezaron a salir de la recesión forzada. Parecía que el camino era ascendente y rápido, hasta que a inicios de 2022 el impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania empezó a afectar gravemente las cadenas logísticas del mundo en diversos sectores.
Amar Ramudhin, profesor de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Harrisburg, Estados Unidos y ex director de la Universidad de Hull/Instituto de Logística de Reino Unido, explica que las consecuencias de esos dos años han dejado avances forzados y secuelas que todavía estarán por largo tiempo en el panorama mundial. Entre ellas están la aceleración de la adopción del comercio electrónico a causa de las cuarentenas, y las crisis de suministros claves para la economía como la energía y los alimentos.
Para Ramudhin está claro que uno de los grandes riesgos en las cadenas de suministro hoy está en el costo de la energía, que impacta directamente en el costo de vida. Un problema que se extiende al esquema de provisión de alimentos, con un cambio en las perspectivas de apertura que dominaron el comercio mundial durante las últimas décadas, y donde ahora surge un ánimo proteccionista. Todo esto deja a las preocupaciones ambientales en un segundo orden para muchas naciones.
“Si vemos los estudios recientes, son tres los mayores problemas: la tensión geopolítica, la guerra y el proteccionismo, y están dirigiendo hoy la cadena global de suministros. Antes Estados Unidos era el mayor banco de reservas del mundo con todos los negocios transando en dólares, pero ahora vemos el auge de los BRICS con Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que empiezan a comerciar en rublos y rupias. India ha pasado de importar 5% de sus requerimientos de energía de Rusia, a un 40%”, agregó.
Superar los desafíos con tecnología
Con la perspectiva de reforzar la resiliencia, el experto en tecnologías de cadena de suministro y logística, recomendó a las industrias trabajar en mejorar los puntos débiles de sus cadenas de suministros con planes de contingencia y diversificando proveedores para no depende de una sola fuente que puede estar sujeta a tensiones políticas.
En este camino apuntó a la necesidad de una aceleración en la adopción de nuevas tecnologías para tomar decisiones, implicando desarrollos en automatización, inteligencia de negocios, capacidades de analítica y, sobre todo, en inteligencia artificial. Todo con una estrategia de digitalización de la cadena de suministros, que incluye utilizar las herramientas de la computación en la nube que hoy son accesibles y permiten invertir en lo que efectivamente se usa y no en servidores propios.
Otro desafío es asegurar la fuerza de trabajo, construyendo buenas relaciones e invirtiendo en aprendizaje y entrenamiento para los equipos en estas nuevas tendencias con un buen marco de cultura corporativa.
Otros ámbitos de impacto serán la automatización y robótica, así como la impresión 3D que dominará en manufactura y la analítica de big data que será clave para cualquier toma de decisión futura.
“La inteligencia artificial y machine learning están permeando toda nuestra vida y seguirán creciendo, debemos entenderlos. Y hay que cuidar la ciberseguridad, que es un área clave”, concluyó.
Comunicación Empresarial ofrecerá próximamente una entrevista exclusiva con Amar Ramudhin para desarrollar con más detalle el vínculo entre la gestión corporativa y la tecnología.