Con una competencia tan alta en el mercado de Telecomunicaciones, la regulación excesiva es un factor negativo para el crecimiento de esta industria, especialmente cuando hay mucha demanda por atender.
Leonie Roca, presidenta de la Asociación de Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN), brindó esta perspectiva durante su participación en el foro “Inspirando futuro / Tecnologías escalables sin límites”, organizado por Cirion Technologies en Lima.
La especialista se refiere especialmente a la telefonía móvil, donde, apunta, las normas pretenden establecer incluso aspectos como cuántos centros de atención debe tener una empresa o cuántas horas debe atender al público.
Este ánimo se extiende a las regulaciones que hay sobre los tendidos de fibra y su impacto ambiental, en un contexto en que se necesita mayor cobertura. De hecho, estimó que actualmente se necesitan en el país más de 30 mil antenas para el servicio, así como la sustitución de redes 2G y 3G para soportar las tecnologías 4G y 5G. “Las municipalidades tienen mucha discrecionalidad y ponen trabas”, agregó.
Estimó de otro lado como positivo el sistema de obras por impuestos que se implementó con el Ministerio de Transportes y Comunicaciones para alentar las inversiones en cobertura, lo que es un ejemplo que debería extenderse a más áreas. “Conversamos con el MTC para que no sólo se trabaje con esta tasa, sino con otras, y el beneficio no sea sólo para telefonía móvil, sino para todo lo referente a conexión de fibra y otras modalidades”, dijo.
Esta iniciativa, de concretarse, tendría un impacto grande sobre el tamaño del mercado, al que haría crecer, impulsando a la vez aspectos como la formación de capital humano, ya que la falta de infraestructura y conectividad impiden el acceso a múltiples recursos digitales y formatos de negocios. “Esto genera inestabilidad social porque tienes un país donde las distancias en conocimiento y oportunidades en un mundo que tiende a la transformación digital se ahondan. Existe una agenda para desarrollar, pero las autoridades están muy pegadas al pasado”, reclamó.
La presidenta de la AFIN culminó su participación lamentando que no se haga uso de un “facilitador de oportunidades” para la sociedad como es la tecnología, un ámbito en el que, estimó, hemos aprovechado sólo el 60 %, en su gran mayoría por apuestas del sector privado. Es por ello que el Estado debería dar más posibilidad de actuación, como ha quedado corroborado con el proyecto de red dorsal de fibra óptica impulsado por el sector público, que requirió una inversión de US$ 300 millones y sólo llegó a usarse en un 27 %, en tanto que el sector privado, en el corto plazo, desarrolló 80 mil kilómetros de fibra óptica con mejores costos tarifarios.
“Hay que pedirle al sector público que haga lo que el privado no puede hacer, como una política interesante con la Secretaría de Gobierno Digital, aunque sacaron del puesto recientemente a una persona que sabía del tema. Pero al sector público le pido que haga las cuatro o cinco cosas que sabe hacer bien, y nos desamarre para tomar velocidad y cerrar la brecha digital con más libertad”.