Las plantas de producción suelen funcionar de forma semi o totalmente continua en dos o tres turnos para lograr eficiencia en el uso de maquinaria y equipos de alta complejidad, además de producir la mayor cantidad posible durante el día. En este sentido, los colaboradores trabajan en turnos que garantizan una disponibilidad del personal lo más constante posible y, en caso de ser necesario, se acude a la contratación de personal part-time para cubrir ciertos déficits que se puedan dar en la operación con el fin de reforzar el proceso de cambio de turno.
Si bien las estructuras son relativamente simples y en muchos casos se usan patrones para simplificarlas aún más, las empresas enfrentan desafíos, como ausencias de último minuto, que requiere que los supervisores coordinen en poco tiempo alternativas para evitar inconvenientes en la operación. No es extraño que haya que convencer a los empleados para trabajar en turnos adicionales con poca antelación, lo que puede generar conflictos de clima laboral. Para evitar este tipo de coyunturas, a menudo las empresas recurren a empleados temporales para compensar las fluctuaciones en las necesidades de personal que surgen sistemáticamente como resultado del modelo de negocio.
Como solución para simplificar la gestión de turnos, muchas empresas plantean modelos rotativos que parecen “eficientes”, pero que tienen detrás costos ocultos que pueden ser mayores que sus beneficios. El tener grupos de personas que rotan en patrones fijos hace necesario -muchas veces- el tener personal adicional en cada uno de estos turnos para manejar los imprevistos que puedan suceder (ausentismo, enfermedad, rotación por encima de lo esperado, etc.). Adicionalmente, esta estructura obliga el tener la misma cantidad de horarios y funciones para los mismos cargos, independiente de que la necesidad de personal pueda ser distinta por turno o día de la semana. Esto produce ineficiencias que son importantes y muchas veces se tienden a minimizar. Trabajar con patrones de turnos rotativos dificulta que las personas puedan equilibrar su vida laboral y personal.
Adicionalmente, hay personas que prefieren trabajar en un turno y no en otro, lo que genera desmotivación cuando se les asigna trabajar en un horario que no les acomoda. “Por esta razón, se han desarrollado sistemas avanzados de optimización de turnos que permiten manejar preferencias y demandas fluctuantes sin poner en riesgo la operación y aumentar la satisfacción general de las personas, por lo que seguir enfocados en una gestión manual o por patrones de turnos laborales, es no aprovechar las ventajas que hoy la tecnología ofrece para este tipo de industrias” explica Federico dos Reis, CEO de INFORM.
En detalle estos optimizadores basados en IA permiten considerar las preferencias de las personas, equilibrar la asignación de turnos y cubrir las necesidades operacionales con un solo “clic”, lo que suma flexibilidad y automatización al proceso y evita sobrecostos en horas extras, extensiones de turnos y trabajo administrativo para gestionar las “excepciones” o ausentismos que se producen dentro de un sistema tan rígido.
“Con los cambios regulatorios que se están impulsando en la región, empezaremos a ver empresas pioneras en este tipo de prácticas que se pueden introducir de manera gradual, pero que les darán ventajas comparativas frente a otras empresas similares, lo que les permitirá cosechar beneficios superiores”, asegura Federico dos Reis.