Las hepatitis virales, catalogadas por la OMS como un problema de salud pública, han motivado a los gobiernos alrededor del mundo a generar iniciativas para su eliminación. América Latina no es la excepción. Es por ello que, en los últimos días, se reunieron expertos y líderes de opinión de diferentes partes de la región, incluido el Perú, en el evento LIFE IV, un espacio de conversación en torno a las hepatitis virales, en donde se compartieron diferentes experiencias y perspectivas, y se ratificó la importancia de la concientización, búsqueda de pacientes y el tratamiento simplificado. Uno de los datos expuestos durante el espacio que captó la atención de los asistentes es que, según el Observatorio Polaris, se estima que para el 2040, el virus de la Hepatitis C matará a más personas que el VIH, la tuberculosis y la malaria.
Durante el evento se identificaron cinco estrategias claves para la eliminación de esta enfermedad en la región: la concientización en poblaciones de riesgo, educación a médicos de primer contacto y especialistas, creación de nuevas políticas de salud pública, campañas de micro eliminación y seguimiento para asegurar la adherencia a tratamiento. La Hepatitis C tiene cura y se sigue trabajando por la eliminación de esta enfermedad a través de las estrategias mencionadas.
El evento contó con representación de líderes de opinión de Argentina, Chile, México, República Dominicana, Perú, Colombia y Uruguay, entre otros países que hoy en día son miembros activos de la Asociación Latinoamericana para el Estudio del Hígado (ALEH), la cual ha trabajado durante 54 años en el intercambio de conocimientos, experiencias y avances en hepatología, incentivando el relacionamiento entre especialistas, instituciones locales e internacionales y comunidad en general. Los doctores Marcelo Silva, Graciela Castro y Manuel Mendizábal, presidente, vicepresidente y secretario general de la Asociación, respectivamente, y ponentes del evento, subrayaron que la eliminación de la hepatitis C es un objetivo ambicioso pero alcanzable y que, para lograrlo, los gobiernos deberán enfocar sus esfuerzos en comprender y derribar aquellas barreras que están impidiendo el avance en cada contexto.
En la actualidad, América Latina trabaja por un objetivo en común: la eliminación de las hepatitis virales para el 2030. Un objetivo planteado por la OMS que apunta al aumento del diagnóstico de la hepatitis C en un 90%, la reducción de nuevos casos en un 90%, la cobertura de tratamiento en un 80% y la reducción del 65% de las muertes a causa de esta enfermedad.
En 2019, en Latinoamérica había 4.1 millones de personas contagiadas con el virus de la Hepatitis C, menos del 20% de ellas estaba diagnosticada y menos del 5% había sido tratada. Según el doctor Hugo Cheinquer, las nuevas infecciones por hepatitis C crónica disminuyen en un 31% pero las muertes relacionadas con esta enfermedad aumentan en un 45%.. Dicha información revela que los indicadores no están disminuyendo porque haya más gente curándose, sino porque más gente muere producto de la hepatitis C. Hoy existe una cura para esta enfermedad, pero las personas siguen muriendo por falta de información, prevención y tratamiento oportuno. En el Perú, Cusco, Junín, Ayacucho, Lima y Huánuco suman el 70% de casos de hepatitis viral.
Por esta razón, el doctor Manuel Mendizábal, jefe de Hepatología del Hospital Universitario Austral de Buenos Aires, afirmó que en la actualidad tenemos muchos retos para el futuro, además de generar concientización en la población que hoy puede estar contagiada. Se necesita que los médicos especialistas y de primer contacto asuman el liderazgo, educando, diagnosticando y tratando a la mayor cantidad de personas posibles con el fin de salvar la vida de millones de personas y evitar que muchas otras puedan llegar a contagiarse.
La hepatitis C es una enfermedad silenciosa, asintomática que, sin un tratamiento oportuno, puede convertirse en una cirrosis, fibrosis, cáncer hepático y llevar incluso a la muerte. Es importante que los pacientes soliciten la prueba al identificarse dentro de las poblaciones de riesgo; esto es, personas mayores de 50 años, transfundidos y/o con cirugías antes de 1996, que tienen tatuajes o perforaciones, que viven con VIH, que han tenido relaciones sexuales sin protección, que se realizan diálisis, entre otras.
Igualmente, en el evento LIFE se enfatizó que son los pacientes quienes tienen la responsabilidad de informarse, ya que el primer factor de riesgo de la hepatitis C es la desinformación. Un diagnóstico oportuno puede salvar vidas. Por ello, deben solicitar una prueba con un especialista.