Menores costos en inversión inicial, mayor confiabilidad y redundancia, facilidad para crear planes de recuperación ante desastres, beneficios fiscales y un mejor desempeño frente a las necesidades del negocio son los principales beneficios que entrega a las empresas la decisión de migrar a la Nube.
Y es que la actual pandemia ha acelerado el proceso de transformación digital y la automatización tecnológica, llevando a muchas compañías de diferentes rubros a preferir los sistemas Cloud. De hecho, según proyecciones de IDC, para el 2023 la Nube crecerá en Latinoamérica un 30,4%.
Jorge Román, gerente de Negocios de Soluciones Virtuales Perú- una compañía MCSP (Managed Cloud Service Provider) especializada en gestión de tecnologías de la nube con una mirada de 360°- manifiesta que los servidores Cloud se adaptan muy bien a las PYMES y grandes corporaciones, permitiéndoles escalar hacia arriba o hacia abajo, para satisfacer sus necesidades de negocio.
«Por el contrario, la ejecución de un servidor interno o local (On Premises) puede ser bastante costosa para una empresa, pues requiere disponer de una elevada suma de dinero y, por adelantado, para comprar equipos y software. Asimismo, hay que preguntarse ¿quién cuidará de aquel servidor una vez que se instale en ella? Si no cuenta con un especialista del área TI, lo más seguro es que esa organización tendrá que contratar a un profesional para mantenerlo seguro y actualizado. A lo anterior, hay que sumar todo el dinero que esa compañía invertirá en la renovación de las licencias de software, actualizaciones de hardware, redundancia, externalización efectiva de backups, etc.», advierte el ejecutivo.
Aspectos positivos del Cloud
Jorge Román expresa que, respecto a los costos, para una organización puede resultar mucho más económico cambiarse al Cloud Computing, en vez de empezar todo el proceso de compra de servidores internos y hacer frente a la configuración, instalación y mantenimiento de ellos en el tiempo.
«Con los servidores en la Nube, solo se paga por lo que se usa y cuando se utiliza. Adicionalmente, algunos costos de licencias de software vienen incluidos en el precio de los servicios Cloud por lo que el valor de la inversión inicial se reduce sustancialmente», comenta.
En materia de confiabilidad, si uno de los servidores Cloud falla, y es redundante, otro se hará cargo de las operaciones, siendo bastante fácil de aprovisionar un nuevo servidor para reemplazar la máquina defectuosa.
«El tiempo de inactividad es mínimo y el costo para conseguir que el negocio de una empresa esté de nuevo online, es bajo. Por otro lado, la creación de un sistema redundante y software para un servidor local puede ser bastante costoso», asevera.
En relación con situaciones de emergencia o críticas, destaca que la creación de un plan de recuperación de desastres resulta mucho más fácil para los servidores en la Nube.
«Para empezar, los servidores se encuentran fuera de la oficina y la mayoría de los vendedores proporcionarán copias de seguridad fuera del sitio. El proveedor de Cloud Computing, además, se asegurará de que el cliente obtenga redundancia, no sólo en los servidores, sino también en las fuentes de alimentación y otros componentes de la infraestructura. También puede configurar máquinas virtuales con espejos u otras opciones de recuperación en su entorno de nube sin tener que comprar más hardware», menciona el gerente de Negocios de la empresa.
Desde el punto de vista fiscal, señala el experto, el recaudador de impuestos es más amable para las empresas en la nube.
«La compra de nuevos servidores y otro hardware se considera como un gasto de capital. Esto significa que el costo de ellos tendrá que ser amortizado durante un número de años. Por otro lado, todos los costos de pagar un proveedor de nube son vistos como los gastos de funcionamiento por lo que se puede deducir mensualmente en el mismo año. Esto se traduce en un ahorro fiscal grande para cualquier negocio, obteniendo un retorno de inversión (ROI) rápido y un menor costo total de propiedad (TCO)», resalta.
En cuanto al desempeño, los recursos en un servidor de la nube se pueden escalar hacia arriba o hacia abajo para adaptarse a las necesidades de un negocio. Este tipo de flexibilidad permite, por ejemplo, agregar o quitar RAM, CPU y espacio en el disco duro, según se requiera.
«En cambio, cuando se emplea un servidor local la capacidad de escalar depende, en gran medida, del hardware. Por ende, si se desean agregar más recursos a las aplicaciones y servicios, se necesitará más equipamiento físico. También pueden ser necesarios equilibradores de carga, interruptores de configuración de red, configuración avanzada de servidores, routers, etc. Se trata de una tarea compleja, que puede ser costosa y consume mucho tiempo para una empresa», sostiene.
Finalmente, el ejecutivo añade que es imprescindible poder lograr un análisis previo del estado de la infraestructura de una empresa determinada para identificar en qué nivel de externalización hacia el Cloud se encuentra situada dicha compañía, de tal manera que el proceso se desarrolle de una forma natural y eficiente.