La pandemia trajo muchos cambios en el estilo de vida de las personas como la manera de comprar, tomar clases, trabajar etc., lo que llevó a disparar el ecommerce, el trabajo remoto, las videollamadas, todo lo relacionado con la tecnología, por los enormes beneficios que trae consigo en la vida cotidiana. La posibilidad de llevar a cabo muchas de nuestras actividades laborales y académicas de forma remota ha demostrado ser una forma de ahorrar tiempo y dinero que difícilmente vayamos a descartar en la “nueva normalidad”.
En ese contexto, una de las áreas que se ha visto sustancialmente modificada fue la de la salud. Aunque en un principio muchos profesionales se encontraron con dificultades a la hora de adaptarse a esta nueva tendencia, hoy no son pocos los que aseguran que las posibilidades de la telemedicina, incluso la salud bucal se ha visto beneficiada a través del creciente uso de la teleodontología.
Así, cuando comenzaron las restricciones por la pandemia, muchos servicios de medicina y odontología se vieron obligados a migrar hacia la atención remota para darle continuidad a los tratamientos de sus pacientes.
“La tecnología permitió realizar controles y otro tipo de diagnósticos de manera virtual, sin necesidad de que el paciente se presente en el consultorio sin perder la efectividad de una consulta presencial”, explica la doctora Tania Pozos, odontóloga y especialista en tratamientos de alineación dental de Wizz, y una de las impulsoras en esta práctica.
Pero aunque ella es una férrea defensora de este método, reconoce que la adaptación al formato virtual no estuvo exenta de dificultades para muchos de sus colegas. “Fue un desafío. Muchos profesionales estaban acostumbrados a trabajar directamente con el paciente de forma física. Pero lo cierto es que la telemedicina permite que el odontólogo pueda estar más en control con el paciente y que forje otro tipo de relación de confianza, ya que puede estar conectado todos los días de la semana y no es necesario agendar una cita para recibir asistencia”, añade Pozos.
Así, la teleodontología ha resultado en un beneficio para pacientes que no tienen mucho tiempo disponible, ya sea porque trabajan o tienen familia, y que ahora gracias a ella pueden recibir atención y seguimiento de una manera distinta a la tradicional.
Pero hay más. La teleodontología ha permitido además reducir los costos de las consultas, una de las principales trabas a la hora de que los mexicanos y mexicanas atiendan su salud bucal. Una de las empresas que se ha expandido teniendo todos estos factores en mente es la startup chilena, dedicada a tratamientos de alineación dental, que incluyó los controles remotos en los costos de los tratamientos dentales con una periodicidad de cada dos semanas lo que ayuda a dar un mejor seguimiento y evolución en cada paciente.
Bajo el concepto low cost, la startup ha trabajado para acercar a las familias mexicanas la posibilidad de una bonita sonrisa, y que ésto no sea solo patrimonio de quienes pueden pagar un tratamiento costoso. Además de abaratar sus costos gracias a la fabricación un software propio y de la reducción de los costos de importación, Wizz ha puesto a disposición de sus pacientes la posibilidad de la atención remota gratuita en cualquier fase de su tratamiento, ya sea por correo, WhatsApp o a través de un chat dentro de la aplicación.
Las opciones son múltiples. Como menciona Javier Liberman Salazar, Founder y CPO de Wizz, los pacientes también pueden agendar videollamadas para recibir atención odontológica, y realizarse controles fotográficos por medio de la app en cada cambio del alineador para ir evaluando el progreso del tratamiento. Adicional al monitoreo de cada dos semanas de parte del equipo odontológico, lo que ayuda a hacer un mejor seguimiento”.
“Al principio, muchas personas pensaban que no era lo mismo que la atención presencial; más por la costumbre de las consultas normales de ortodoncia. Por lo que ser asistido de forma remota suponía algo extraño y novedoso, pero cada vez se suman más pacientes a este método lo que los hace responsables de su tratamiento al ser proactivo y al estar reportando sus controles, esperar el diagnóstico y seguir las indicaciones de los especialistas”, reconoce Liberman Salazar, sobre las dificultades de los primeros meses de pandemia.
Sin embargo, explica, para muchos otros fue un cambio muy positivo, ya que no contaban con tiempo para asistir a consultas frecuentes. Eso hizo que se adaptaran rápidamente, lo que a la larga también sucedió con quienes al principio tenían algunos resquemores.
“Las dificultades vinieron por el lado de los prejuicios de no saber quién los está atendiendo del otro lado de la pantalla. Por eso, se trabajó en la confianza con el profesional de una forma distinta que en la consulta física, y creemos que los pacientes se han adaptado porque cada vez son más los que se integran a la aplicación para poder subir sus controles y están muy pendientes de su propio tratamiento”, recuerda Tania Pozos. Y añade: “Al final es una forma de involucrarnos cada vez más con el propio proceso de llegar a la sonrisa soñada”.