La pérdida significativa de aprendizaje durante el cierre de las escuelas por la pandemia de COVID-19 en América Latina y el Caribe está poniendo a millones de niños, niñas y adolescentes en riesgo de abandonar la escuela, advirtieron hoy el Banco Mundial, el Diálogo Interamericano, la UNESCO y UNICEF en un evento virtual conjunto.
Los Jefes de Estado de Argentina, Chile, Ecuador y Honduras se unieron al evento denominado «Mi educación, nuestro futuro» para expresar su firme apoyo a la educación, al tiempo que compartieron sus esfuerzos nacionales de recuperación del aprendizaje e hicieron un llamamiento a otros líderes para que se unieran a la causa.
Los estudiantes de la región han vivido uno de los cierres de escuelas más prolongados e ininterrumpidos por efecto de la COVID-19 en el mundo. Tras más de dos años de pandemia, no todos los estudiantes de América Latina y el Caribe han vuelto a las aulas.
A pesar de los importantes esfuerzos realizados por los países de la región, los niños, niñas y adolescentes que han vuelto a la escuela se han retrasado, en promedio, entre uno y 1,8 años, según las nuevas estimaciones del Banco Mundial.
«La crisis educativa que afecta a la región no tiene precedentes. Si no actuamos ahora para recuperar las pérdidas de aprendizaje, toda una generación de niños, niñas y jóvenes será menos productiva en el futuro y tendrá menos oportunidades de progreso y bienestar«, dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. «Según nuestras estimaciones, los estudiantes de hoy podrían ver disminuir sus ingresos a lo largo de su vida hasta en un 12 por ciento. Es el momento de actuar, de evitar estas pérdidas, de apoyar el futuro de la próxima generación».
Durante el evento «Mi educación, nuestro futuro”, el Banco Mundial, el Diálogo Interamericano, la UNESCO y el UNICEF hicieron un llamado a acciones urgentes y coordinadas para garantizar que toda una generación de niños recupere su rumbo. Las cuatro organizaciones presentaron un «Compromiso para recuperar y proteger el aprendizaje en América Latina y el Caribe», que establece cuatro compromisos clave:
- Colocar a la recuperación educativa en lo más alto de la agenda pública.
- Reintegrar a todos los niños, niñas y adolescentes que han abandonado la escuela y asegurar que permanezcan en ella.
- Recuperar los aprendizajes perdidos y asegurar el bienestar socioemocional de los niños, niñas y adolescentes.
- Valorar, apoyar y formar a las y los docentes.
“Hoy hacemos un llamado urgente a todos los países de América Latina y el Caribe a comprometerse con la recuperación y transformación de sus sistemas educativos”, dijo Claudia Uribe, directora de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago). “La pérdida en los aprendizajes y en el bienestar que millones de niños y niñas y jóvenes sufrieron durante la pandemia pone en riesgo su futuro y su esperanza. No hay tiempo que perder para poner en marcha todas las medidas necesarias para reparar este daño y así evitar que sus consecuencias se tornen permanentes o irreparables”.
Ariel Fiszbein, director del Programa de Educación del Diálogo Interamericano, señaló que “el cierre de las escuelas ha tenido consecuencias muy graves en las trayectorias educativas, el aprendizaje y el bienestar emocional de los estudiantes, y esto traerá efectos a largo plazo no solo en la educación, sino también en los niveles de productividad y el futuro laboral de los estudiantes”. Sin embargo, también reconoció que la pandemia ha producido importantes lecciones sobre cómo mejorar las prácticas de enseñanza y que hay oportunidades para aprovecharlas en el futuro.
En la clausura del evento, Jean Gough, directora regional de UNICEF para América Latina y el Caribe, instó a todos los países de la región a convertir los compromisos en acciones.
«Si bien muchas escuelas han reabierto sus puertas, la crisis de aprendizaje en América Latina y el Caribe está lejos de haber terminado; solo es menos visible que antes«, dijo Gough. «No se trata de unos pocos estudiantes, sino de millones que corren el riesgo de quedarse atrás. Los programas de recuperación del aprendizaje a pequeña escala no serán suficientes. Para hacer frente a la crisis, necesitamos desarrollar e implementar sistemas de recuperación del aprendizaje a gran escala. Podemos invertir ahora o dejar atrás a toda una generación. La elección es nuestra«.