América Latina es la región más desigual del planeta, el diagnóstico no es nuevo y la pandemia lo está agravando. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), asegura que la pandemia aumentará en un 4,4% la pobreza en la región. Se sumarán 28,7 millones de pobres, llegando al alarmante número de 214,7 millones de personas en contexto de pobreza: uno de cada tres latinoamericanos será pobre al finalizar la pandemia.
Estos números se recrudecen cuando Unicef sostiene que 3 de cada 5 niños, niñas y adolescentes que perdieron un año escolar en el mundo a raíz de la pandemia, pertenecen a la región de América Latina y el Caribe, -casi el 60% del total de los jóvenes latinoamericanos-.
Las plataformas y sistemas educativos en línea fueron la respuesta generalizada e inmediata, ante la necesidad de interrupción del ciclo escolar en los diferentes países de la región; pero paradójicamente, menos de la mitad de los hogares de América Latina y el Caribe tienen acceso a internet, a una computadora, tableta o teléfono móvil. A las desigualdades ya existentes, se sumó el riesgo de marginación y desconexión de los alumnos al sistema educativo.
En este escenario, los sistemas educativos enfrentan el gran desafío de buscar respuestas para abordar las problemáticas vinculadas a los aprendizajes, el abandono escolar y las trayectorias escolares de los estudiantes, que se han profundizado con la pandemia.
Del piloto a la política, el desafío de mejorar los aprendizajes
¿Cuáles son las mejores estrategias para mejorar los aprendizajes? ¿Qué políticas hay que implementar para que estas mejoras sean sostenidas en el tiempo? ¿Es posible abordar las desigualdades estructurales con políticas que abarquen problemáticas diversas? ¿Cuáles son las herramientas que permiten tomar mejores decisiones? Para responderlas, resulta fundamental contar con evidencia que permita tomar mejores decisiones.
En la actualidad, compañías de recursos tecnológicos tienen la oportunidad de colaborar con los Ministerios de Educación y/o autoridades regionales para desarrollar proyectos a escala nacional o territorial para comprender cuál es el impacto que se puede esperar luego de la incorporación de soluciones tecnológicas.
«Matific es una plataforma que permite relevar todos los datos obtenidos en un piloto para la toma de decisiones efectiva. Estamos convencidos de que la implementación de un recurso digital como el que ofrecemos, además de mejorar el acceso y/o uso de la tecnología, potencia el proceso de aprendizaje de los estudiantes. Sumado a esto, la implementación de pilotos a nivel nacional permite evidenciar el acceso y aprendizaje de territorios con distinta densidad, cultura e incluso sistemas educativos«, afirma Nicolás Falus, Business Development Manager Matific para LATAM.
El ejecutivo afirmó que América Latina y el Caribe necesita hoy más que nunca de sistemas educativos inclusivos para dar respuesta al impacto del Covid-19 sobre el aprendizaje en toda la región. «La implementación de tecnologías y nuevos desarrollos digitales son de gran ayuda para enfrentar el desafío de mantener la continuidad del ciclo lectivo a distancia, pero a su vez, son herramientas que ya se estaban implementado dentro de los diferentes sistemas educativos latinoamericanos. Las plataformas digitales llegaron para quedarse, complementan y no restan al proceso de aprendizaje, y ante un potencial formato mixto –virtual/presencial-, juegan un rol clave», subrayó Nicolás Falus.
El valor agregado de Matific también está relacionado con el aporte que hace para mejorar el diseño de políticas públicas. Por ejemplo, Matific y la Dirección Regional de Educación de El Callao (Perú) han formado una alianza para ofrecer a todas las escuelas de la región el acceso a su plataforma, en el tercer trimestre de 2020 con el objetivo de brindar asistencia en la enseñanza a distancia y proveer desarrollo profesional para la instrucción de las matemáticas. Así, impactó en 62 escuelas, 607 docentes, y 7750 estudiantes.
En total los estudiantes realizaron más de 675.034 actividades que resultaron en una mejora general del 22%, pero que en el que caso de quienes presentaban mayores dificultades, alcanzó hasta un 48% de mejora.
Esta evidencia muestra el potencial que ofrecen las plataformas digitales como las que ofrece Matific, para reforzar no sólo los aprendizajes individuales de los estudiantes, sino además diseñar políticas que den lugar a un futuro más próspero y con más oportunidades para los estudiantes y docentes de América Latina.
«La sola implementación no asegura la obtención de resultados. El trabajo en el tiempo y el superar las distintas instancias, sí. Es por eso que la posibilidad de escalar una implementación de manera organizada y planeada es la mejor forma de obtener buenos resultados», concluyó Falus.