La OIT acaba de informar que el 2021 en comparación con el 2019, habrá 13 millones menos de mujeres trabajando en el mundo, mientras que el empleo de los hombres habrá recuperado los niveles de 2019. Es decir, este año solo el 43,2 por ciento de las mujeres en edad de trabajar estarán empleadas, frente al 68,6 por ciento de los varones.
En el caso de Perú, la especialista en higiene y seguridad industrial, Diana Sánchez Rodríguez, propone que, como parte de la reactivación económica, el gobierno debería incluir estrategias que aseguren un enfoque de género. Al respecto, señala: “Hay una brecha de género pendiente por cerrar; necesitamos más mujeres profesionales de la ingeniería, ciencias, tecnología, y matemática, porque cada vez tienen mayor demanda laboral y por esto, son una muy buena oportunidad frente al desempleo”.
Sánchez Rodríguez a los 17 años ingresó en el primer puesto a la Facultad de Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de Ingeniería, y ahora a los 30 años, se desempeña como gerente de Seguridad y Entrenamiento en una empresa automotriz. “Conmigo rompieron el molde ya que todos los anteriores gerentes (desde hace más de 7 décadas) fueron varones”, agrega la especialista.
Una muestra que aún prevalecen dificultades para que las mujeres se abran camino, es que según el censo de la Superintendencia de Educación Superior Universitaria (2016), del 35% de ingresantes a las universidades en las carreras de Ciencia, Tecnología e Innovación, el 29% fueron mujeres. Y, de acuerdo al Concytec, las mujeres representan el 34% de los registros en el Directorio Nacional de Investigadores e Innovadores (DINA).
La especialista sostiene que detrás de todo, están la ciencia y la tecnología y, principalmente, la ingeniería. Al respecto, señala: “Si bien con el coronavirus, vimos la admirable labor del personal de salud, también creo justo reconocer el trabajo discreto de los profesionales de ingeniería, en especial de muchas ingenieras, a quienes les debemos las plantas de oxígeno, los ventiladores, la cadena de frío para vacunas, toda la infraestructura hospitalaria”.
“La perseverancia, creer en una misma y la resiliencia, son claves en la autosuperación femenina. Hay que desafiar nuestros propios límites y recordar ponernos metas extraordinarias”, sostiene Diana Sánchez, quien también ha sido entrenada para trabajos en altura y en espacios confinados, así como en actividades de rescate.
A Diana le apasiona su profesión porque puede evitar accidentes o enfermedades en los y las trabajadores. “Junto a la medicina y otras ramas de las ciencias de la salud, creo que otra profesión muy solidaria es la ingeniería, porque cuidamos a las personas, búscanos su bienestar y nos esforzamos para encontrar nuevas formas de cuidar al planeta” agrega.
Sin duda, los trabajos ocasionales de carpintería a los que su madre se dedicó influyeron en Diana al elegir su profesión. “Hay veces que la falta de dinero se interpone en nuestro acceso a la educación, pero felizmente conté con el apoyo incondicional de mi madre. Estudié en un colegio nacional, y al terminar vi como mi mamá sola mantenía económicamente a mí y mis otras cuatro hermanas. Por eso, empecé a dar clases a escolares para pagar la pensión de mi preparación preuniversitaria. Es importante reconocer y saber aprovechar nuestros talentos” puntualiza.
CIFRAS
- En el trimestre febrero-marzo-abril de 2021, en Lima Metropolitana la población masculina con empleo creció en 15,6% y la femenina en 8,6% (INEI).
- El 90% de los futuros trabajos necesitarán formación en tecnologías de la información y la comunicación (ONU).
- A nivel mundial, hay una brecha de género promedio de 33% (Global Gender Gap Report del Foro Económico Mundial 2018).
- Sólo 3% de los Premios Nobel en ciencias han sido otorgados a mujeres.
- Informe OIT: https://coronavirus.onu.org.mx/mujeres-seran-las-mas-afectadas-por-el-desempleo-en-la-etapa-post-covid-19?fbclid=IwAR1W-G_xSCJbN4tVMGBdHzZnT8NiF0kcvIBd7XypvQ-iqv9Jfxafbo7wILM